El objetivo del Servicio de Urgencias del Hospital Metodista es tratar a todos aquellos pacientes que solicitan asistencia, ya sea por un problema urgente o emergente, de una forma rápida y eficaz durante las 24 horas.
El tiempo medio de espera para ser atendido es inferior a 20 minutos y la mayor parte de las patologías se reconocen por el especialista correspondiente.
Nuestras instalaciones, dotadas de todos los recursos y materiales de última generación, ofrecen todos los estándares de calidad recomendados por la Sociedad Española de Medicina de Urgencias.
Además, contamos con un equipo de médicos, enfermeras y auxiliares altamente especializado.
Hemos desarrollado diversos protocolos médicos consensuados con los diferentes departamentos médicos. El objetivo es ofrecer una atención al paciente más adecuada y que la coordinación entre las distintas especialidades sea más sencilla.
Los pacientes críticos serán atendidos en una sala específica.
El acceso a este espacio se puede hacer de forma inmediata y directa desde la puerta principal de Urgencias. Esta sala está dotada con todos los dispositivos necesarios para atender a estos pacientes: monitor, respirador móvil, desfibrilador, sistema de ventilación artificial de vía aérea, aspiración y oxígeno.
Se consideran pacientes críticos aquellos con síntomas propios de infarto de miocardio, ictus, traumatizados, disneas súbitas (dificultad respiratoria repentina), así como alteraciones del nivel de conciencia.
El triaje consiste en clasificar a los enfermos para ser atendidos en función de su gravedad y no por su orden de llegada. El objetivo es ofrecer la mejor calidad asistencial, ya que con este método se consigue reducir los tiempos de espera y permanencia de los pacientes con patologías más severas.
Según los parámetros clínicos establecidos por el Servicio de Urgencias, los pacientes que llegan a este servicio pueden clasificarse en cuatro niveles de atención:
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Nivel I. Emergencia o riesgo vital inmimente. Son pacientes cuya impresión general es de extrema gravedad o de muerte inminente.
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Nivel II. Agudo crítico o grave inestable. Pacientes que presentan patologías que pueden producir un deterioro rápido respiratorio, neurológico y/o hemodinámico.
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Nivel III. Agudo no crítico o consulta preferente. Procesos agudos, estables, no críticos. Suponen una parte importante de los pacientes que acuden a Urgencias.
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Nivel IV. No agudo o demorable. Son pacientes que presentan procesos banales y pueden requerir asistencia médica pero no urgente.